Soluciones químicas para el cambio climático

Probablemente, la Química es la ciencia que Europa más necesita para lograr sus objetivos de desarrollo sostenible y combatir el cambio climático. Gracias a su enfoque constantemente innovador, la industria química puede aportar las soluciones prácticas que conviertan los objetivos en realidad. A modo de punta de lanza en una difícil contienda, nuestra industria proporciona a Europa los medios técnicos que se ajustan a sus ambiciones políticas.

Esta exposición demuestra cómo la industria química europea puede contribuir a convertir la sociedad en un actor responsable, respetuoso con el medio ambiente, y en un consumidor que ahorre energía. El reto fundamental de la química es hallar y aplicar, a gran escala, las soluciones que modifican nuestras conductas y reducen las emisiones de gases de efecto invernadero.

Para abordar el cambio climático, Europa necesita una industria química competitiva, capaz de desarrollar la investigación y efectuar inversiones. La industria química europea ya ha logrado reducir, desde 1990, un tercio de todas las emisiones industriales de CO₂. El sistema de comercio de emisiones debe reconocer estos logros y premiar a las industrias y empresas, que cumplen la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, permitiéndoles que afronten la implacable competencia global en pie de equidad.

Que esta exposición contribuya a darnos cuenta del papel fundamental de la química en la lucha para mejorar el medio ambiente y nuestras condiciones de vida.

El cambio climático es una cuestión que nos mantendrá ocupados en el futuro. Está científicamente probado que factores antropogénicos influyen en el clima. Las medidas que hemos de tomar deben sincronizarse con la sociedad y la economía. Debemos tener en cuenta que actuar será, sin duda, menos caro que no actuar. Necesitamos tomar medidas de inmediato y ponernos como objetivo la sostenibilidad.

Si Europa ha de mostrar el camino, deberemos ofrecer soluciones viables para abordar el cambio climático global; y contribuirá a ello de forma importante un Sistema de Comercio de Emisiones, que funcione perfectamente en la Unión Europea. Como miembro de las Comisiones permanentes ENVI(1) e ITRE(2) y de la Comisión temporal CLIM(3) del Parlamento Europeo, y como miembro de GLOBE EU(4), he estado involucrada desde hace tiempo en el debate del clima. No obstante, en mis nueve años de experiencia aquí en el Parlamento Europeo, nunca he sido testigo de un impulso semejante en ninguna cuestión.

Trabajaré intensamente en la propuesta de Revisión del Sistema de Comercio de Emisiones de la Unión Europea en los próximos meses y tengo la esperanza de que COP-15(5), en Copenhagen el 2009, tendrá éxito. No tenemos elección. Hemos de hacerlo bien.

La transición a una sociedad de bajo carbono es una prioridad fundamental a nivel global. Para que el Sistema de Comercio de Emisiones sea más fácil de aplicar y más efectivo, debe otorgarse una mejor recompensa a los operadores más eficientes en la propuesta de la Comisión Europea para una nueva gestión de las cuestiones del cambio climático. Si se asignan las prestaciones en base a los referentes más eficientes, el esquema premiará a las empresas energéticamente más eficientes que hayan invertido en procesos de fabricación respetuosos con el medio ambiente.

Ya existe una serie de tecnologías energéticamente eficientes y éstas pueden ser introducidas a corto plazo.